5 de noviembre de 2012

¿Diversión a cualquier precio?

La tragedia del Madrid Arena ha hecho saltar alarmas entre las autoridades, las familias y los propios jóvenes que han podido comprobar la peligrosidad de determinadas actividades lúdicas que se entendían como seguras o, al menos, con menor peligro del que se ha demostrado.

De repente las autoridades comienzan a moverse, le ven las orejas al lobo y ahora toman medidas en caliente de dudosa eficacia; Está bien no repetir esos eventos en lugares públicos, no cabe duda, pero se van a autorizar en lugares de propiedad privada.. ¿eso evita que se pueda producir otra catástrofe ?.


En las familias también surgen ahora dudas ¿ van nuestros hijos adolescentes a lugares seguros ? ¿ están donde dicen que están ?.. lamentable que solo les "interese" este tipo de información tras un hecho como este, seguramente en pocas semanas la preocupación dejará de ser tal y volveremos a no pensar en estas cosas.

Lo que si es verdad es que la adolescencia se mueve en una dinámica peligrosa y convulsa. Lo ocurrido esta semana puede ser tachado de hecho puntual pero no lo es, no hay fin de semana en el cual no se sucedan episodios dramáticos en casi todas las ciudades; no hay porqué pensar que es más segura una discoteca "convencional" que una macro fiesta, es un error tranquilizar conciencias pensando que la tragedia viene ocasionada por la masificación.
El autentico peligro no es el mayor o menor número de personas en un local, ni tan siquiera la edad mayor o menor de los mismos, el peligro está en la ingestión masiva de alcohol por parte de la juventud; y en ocasiones acompañado de otras sustancias que acrecientan sus efectos.

Seguramente muchas de las discotecas o lugares de ocio juvenil no están adaptadas o no cumplen las medidas de seguridad previstas, no son pocos los locales con puertas de seguridad cerradas con condados, no son pocos los locales donde no se cachea y se permite la entrada de armas blancas, no son pocos los lugares en los cuales se da alcohol a menores o se suministra alcohol de baja calidad.

El problema real radica en ello, se da por bueno que los jóvenes deben divertirse, se les "autoriza" a beber y beber y no se frena esa espiral, ¿cuantos padres cierran los ojos al ver como sus hijos llegan a casa ebrios o con heridas por peleas nocturnas? ¿cuantos padres, conscientemente, prefieren no tocar el tema?... está claro que el dinero para esos excesos proviene de los padres, en ocasiones importantes cantidades, pero pocos padres piden cuentas, exigen explicaciones tras finalizar el fin de semana y ver como sus bástagos se levantan a las 5 o 6 de la tarde, se duchan y vuelven a salir..

Pero es que la sociedad tambien se muestra blanda, se permiten botellonas en la via pública, que, aunque prohibidas por normativa no son evitables por falta de medios, se articulan leyes en las cuales los jóvenes carecen de responsabilidad penal; los propios padres corren en defensa de sus hijos en el supuesto de que sean detenidos o multados culpando a policias de desmanes y persecución, etc..

Por eso creo que el problema es de educación, de formación, de responsabilidad, no de aforos o de cantidad de miembros de seguridad, el problema está en "permitir" "transigir" "callar" y dar por válido que la juventud debe divertirse y.. sobre todo.. solo preocuparse cuando sucede una catástrofe.

Si unimos la inmadurez, el alcohol, las drogas, y una escasa exigencia formamos un coctel que tarde o temprano da lugar a sucesos tan lamentables como los que nos ocupan.

Pdta.- evidentemente hablo en general, tambien hay una parte importantísima de la juventud que es consciente, responsable y que se divierte sin tener que molestar o agredir a otros, y padres que ejercen como tales y forman a sus hijos, pero lamentablemente esos no son noticia.

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